El cáncer de mama presenta pronósticos positivos de tratamiento cuando es detectado a tiempo. Para ello, existe una serie de pruebas cuyo objetivo es descubrir la enfermedad antes de que se presenten síntomas.
¿Cada cuánto se debe hacer la mamografía? Te contamos todo sobre esta prueba a continuación.
¿En qué consiste la mamografía?
Se trata de una radiografía de la mama, la cual es colocada entre dos placas que la presionan suavemente para conseguir una buena imagen. Las mamografías pueden descubrir el cáncer incluso años antes de que la paciente o el médico empiecen a detectar cambios palpando el seno.Sin embargo, la prueba no es infalible; puede pasar por alto algunos cánceres. Además, lo que se encuentre con este procedimiento deberá someterse a más exámenes para confirmar si se trata de una enfermedad oncológica. Aun así, sigue siendo una prueba efectiva para detectar tempranamente.
¿Cuándo empezar a realizarse mamografías y con qué frecuencia?Para las mujeres que presentan un riesgo promedio, la Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda efectuarse mamografías anualmente a partir de los 40 años de edad.
Una mujer con riesgo promedio es aquella que no ha padecido anteriormente de cáncer de mama, no tiene antecedentes familiares fuertes, tampoco ha recibido radioterapia antes de los 30 años, ni presenta una mutación genética que aumente el riesgo del cáncer.Alguien con alguna de las condiciones mencionadas, debe consultar con su médico con qué frecuencia realizarse el examen. Sin embargo, debemos indicar también que existe un amplio debate acerca de la periodicidad recomendada para efectuarse esta prueba.
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), lo aconsejable es realizarse una mamografía basal (a partir de la cual se comparan las siguientes para detectar cambios) entre los 35 y 39 años de edad. A partir de los 40 y hasta los 49, el examen puede ser realizado cada uno o dos años.
El examen debe realizarse anualmente en las edades de 50 y 70 años. Igualmente, a frecuencia siempre debe ser confirmada por su médico según su caso particular.
¿Quiénes presentan alto riesgo de padecer cáncer de mama?
Las mujeres consideradas con alto riesgo son aquellas con antecedentes familiares; las que han sido sometidas a radiaciones de tórax entre los 10 y 30 años de edad, o quienes han padecido el cáncer (ya que pueden sufrir una recaída).
Existe una condición especial, que consiste en la mutación de un gen (el BRCA), que también eleva el riesgo.
A las mujeres que presentan cualquiera de estas condiciones se les recomienda realizarse mamografías complementadas con resonancias magnéticas a partir de los 30 años de edad.
Hace varias décadas que los médicos destacan la importancia de la mamografía en la detección temprana y la prevención del cáncer de mama.
Este examen se usa para ver si hay signos de cáncer en mujeres que no presentan ningún síntoma ni problema en los senos. Es decir que se busca un diagnóstico precoz descubriendo anormalidades que no se palpan ni se ven a simple vista.
También se puede usar si la mujer tiene un bulto u otro signo que podría indicar una anomalía. Luego, se realizan otros estudios que permiten confirmar o descartar esas sospechas.
- Mamografía de detección. La mamografía de detección se utiliza para detectar cambios en las mamas en mujeres que no tienen signos ni síntomas, ni nuevas anomalías en las mamas. El objetivo del estudio es detectar el cáncer antes de que puedan notarse signos clínicos.
- Mamografía de diagnóstico. La mamografía de diagnóstico se utiliza para investigar cambios sospechosos en las mamas, como un nuevo bulto en las mamas, dolor, aspecto inusual de la piel, engrosamiento del pezón o secreción por el pezón. También se utiliza para analizar hallazgos anormales en una mamografía de detección. Una mamografía de diagnóstico consta de imágenes de mamografía adicionales.
¿Cómo se hace la mamografía?
Básicamente, la mamografía es un tipo especial de radiografía de la mama. Cuando se realiza, la mujer se para delante de un aparato de rayos X. El técnico que hace el estudio coloca la mama entre dos placas plásticas. Las superficies presionan la mama haciéndola más plana. Esto puede resultar incómodo, pero ayuda a obtener una imagen clara del interior de la mama. Las radiografías o placas de rayos X se toman desde varios ángulos.
La mamografía digital es una técnica más novedosa que se usa ahora en muchos centros de examen de mamas. Permite que la imagen de rayos X se pueda ver y manipular en una pantalla de computadora. Puede ser más precisa en mujeres jóvenes con mamas densas.
A menudo, las mamografías pueden mostrar áreas anormales en el seno. Por ejemplo, calcificaciones y nódulos. Eso no confirma que un área anormal es cáncer, pero pueden ayudar a los médicos a decidir si se necesitan más estudios.
Los riesgos potenciales de la mamografía
A través de diversas investigaciones científicas realizadas en varios países del mundo, se ha dicho que podría ser riesgoso someterse a pruebas de detección precoz de cáncer de mama.
El problema radica en que se expone a los senos a pequeñas cantidades de radiación. Los equipos modernos emplean bajas dosis de radiación para obtener imágenes de alta calidad.
A su vez, la técnica de mamografía digital pueden disminuir la necesidad de retomar imágenes. Eso es común con la mamografía en película debido a una exposición incorrecta o a problemas con el revelado. Por lo tanto, la mamografía digital resultaría en menos exposiciones a los rayos X.
Las limitaciones de la mamografía
Para ciertos tipos de senos, la mamografía puede ser difícil de interpretar. Particularmente, las mamas con tejido más denso. Por esta y otras razones, la sensibilidad de este examen para detectar cáncer puede variar ampliamente.
Comparar la mamografía actual con las anteriores le ayuda al especialista a determinar si hubo un signo anormal en el pasado, si ha cambiado o se mantiene igual.
Para casos imprecisos, la mamografía de rayos X por sí sola puede no ser suficientemente precisa para detectar cáncer. Por lo que también se pueden usar tecnologías de imágenes adicionales. Por ejemplo, el ultrasonido o la resonancia magnética para aumentar la sensibilidad del examen.
Cuando los resultados de la mamografía o de la ecografía parecen sospechosos, se hace una biopsia para examinar el tejido y ver si es canceroso.
Se estima que más de la mitad de los cánceres diagnosticados a través de la mamografía son sobrediagnósticos o falso positivos. Es decir, señalados como peligrosos cuando aún no se habían manifestado. Sin embargo, aunque den falsos-positivos, si el cáncer efectivamente está presente, la detección temprana salva vidas.
¿Quién debe hacerse una mamografía?
Generalmente se recomienda a:
- Mujeres a partir de los 40 años, y repetirla cada 1 o 2 años.
- Todas las mujeres a partir de los 50 años y repetirla cada año.
- Las mujeres con una madre o hermana que tuvo cáncer de mama a una edad más joven deben contemplar hacerse exámenes anuales.
La mamografía también se emplea para:
- Hacer seguimiento a una mujer que haya tenido resultados anormales.
- Evaluar a una mujer que presente síntomas de una enfermedad mamaria. Por ejemplo, un tumor, secreción del pezón, dolor de mama, cambios en el pezón u otros signos.
La mayoría de los resultados anormales en una mamografía de detección resultan ser benignos (no son cáncer) o nada de lo cual preocuparse. Los resultados o cambios nuevos se deben evaluar posteriormente.
Con cualquiera de las técnicas, los beneficios de la mamografía superan cualquier posible daño que podría causar la exposición a la radiación.
Por lo tanto, se debe concurrir al médico y hacerse los chequeos mamarios y ginecológicos para prevenir, detectar tempranamente y/o tratar a tiempo posibles enfermedades.
Por: Joana Mercedes
Fuente consultada: blog.oncosalud.pe y mejorconsalud.as.com
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