La glomerulonefritis puede aparecer de repente (aguda) o progresivamente (crónica).
La glomerulonefritis se presenta por sí sola o como parte de otra enfermedad, como el lupus o la diabetes. La inflamación grave o prolongada que se asocia con la glomerulonefritis puede dañar los riñones.
El tratamiento dependerá del tipo de glomerulonefritis que tengas estructuras en sus riñones que están formadas por pequeños vasos sanguíneos.
Estos nudos de vasos ayudan a filtrar la sangre. De este modo, la principal función de los glomérulos es eliminar el exceso de líquido, los electrolitos y los desechos del torrente sanguíneo. Los hacen pasar a la orina.
Si los glomérulos están dañados, los riñones dejarán de funcionar correctamente. Lo cual puede conllevar una insuficiencia renal. La glomerulonefritis puede aparecer de manera repentina (aguda) o gradual (crónica).
Causas
Las causas que dan lugar a la glomerulonefritis dependen de cada caso. En concreto, de si el problema es de carácter agudo o crónico.
Glomerulonefritis aguda
Puede ser una respuesta a una infección como la faringitis estreptocócica o un diente con absceso. También puede deberse a problemas con el sistema inmune que reacciona de forma exagerada a la infección.
Faringitis estreptocócica o lupus eritematoso sistémico.
Poliarteritis nodosa. Una enfermedad en la que las células atacan las arterias.
- Granulomatosis de Wegener. Una rara enfermedad que causa la inflamación de los vasos sanguíneos.
Amiloidosis. Que ocurre cuando las proteínas anormales que pueden causar daño se acumulan en sus órganos y tejidos.
El síndrome de Goodpasture. Una rara enfermedad autoinmune en la que los anticuerpos atacan los riñones y los pulmones.
El uso intensivo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y el naproxeno, también puede suponer un factor de riesgo. Por lo tanto, no se debe exceder la dosis y la duración del tratamiento que figura en las indicaciones del medicamento sin consultar a su proveedor de atención primaria.
Glomerulonefritis crónica
La forma crónica de GN puede desarrollarse durante varios años con pocos síntomas. Esto puede causar un daño irreversible en los riñones y finalmente conducir a la insuficiencia renal completa. La GN crónica no siempre tiene una causa clara. Una enfermedad genética a veces puede causarla.
Otras posibles causas incluyen ciertas enfermedades inmunes, un historial de cáncer o exposición a algunos solventes de hidrocarburos. Además, tener la forma aguda de GN puede hacer que tenga más probabilidades de desarrollar glomerulonefritis crónica más adelante.
Síntomas
Los primeros síntomas de GN aguda incluyen:
Hinchazón en la cara y alta presión sanguínea.
Orinar con menos frecuencia.
Líquido extra en sus pulmones, causando tos.
Sangre en su orina, que convierte su orina en un color oscuro.
Por su parte, la forma crónica de GN puede ocurrir asintomática o puede haber un desarrollo lento de síntomas tales como:
Dolor abdominal y alta presión sanguínea y hemorragias nasales frecuentes.
Hinchazón en los tobillos y la cara y micción frecuente durante la noche.
Sangre o exceso de proteína en la orina.
Orina burbujeante o espumosa, por el exceso de proteína.
Insuficiencia renal
La glomerulonefritis, en un estado más avanzado, puede acarrear insuficiencia renal. Algunos de los síntomas de esto incluyen fatiga, falta de apetito, náuseas, vómitos, insomnio, picazón en la piel seca y calambres musculares en la noche.
Diagnóstico
El primer paso en el diagnóstico de la glomerulonefritis es un análisis de orina. La sangre y las proteínas en la orina son marcadores importantes de la enfermedad. Un examen físico de rutina para otra condición puede conducir al descubrimiento de GN.
Los resultados de esta prueba pueden mostrar que su sistema inmune está dañando sus riñones. Por tanto, una biopsia de sus riñones puede ser necesaria para confirmar el diagnóstico. Esto implica analizar una pequeña muestra de tejido renal tomada con una aguja.
Una vez que el médico da el diagnóstico, es fundamental seguir sus instrucciones y, en la medida de lo posible, consultar siempre con el profesional en caso de tener alguna inquietud.
Tratamientos disponibles para la glomerulonefritis
Las opciones de tratamiento dependen del tipo de glomerulonefritis que esté experimentando y su causa. Un tratamiento es controlar la presión arterial alta, especialmente si esa es la causa subyacente de la GN. La presión arterial puede ser muy difícil de controlar cuando los riñones no funcionan correctamente.
Si este es el caso, su médico puede recetarle medicamentos para la presión arterial, incluso inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina. Los corticosteroides también pueden usarse si su sistema inmune está atacando sus riñones.
Otro método para reducir la inflamación desencadenada por el sistema inmune es la plasmaféresis. Este proceso elimina la parte líquida de la sangre, plasma. La reemplaza con líquidos intravenosos o plasma donado que no contiene anticuerpos.
Para la glomerulonefritis crónica, deberá reducir la cantidad de proteínas, sal y potasio en su dieta. Además, debe ver cuánto líquido bebe. Se pueden recomendar suplementos de calcio y es posible que deba tomar diuréticos para reducir la hinchazón. Consulte con su especialista para obtener pautas sobre restricciones de dieta o suplementos.
Complicaciones asociadas
La GN puede conducir al síndrome nefrótico, que hace que pierda grandes cantidades de proteína en la orina. Esto lleva a mucha retención de líquidos y sal en su cuerpo. También, puede desarrollar presión arterial alta, colesterol alto e hinchazón en todo el cuerpo.
Los corticosteroides tratan esta condición. Eventualmente, el síndrome nefrótico conducirá a una enfermedad renal en etapa terminal si no se controla.
Así, si se detecta temprano, la GN aguda puede ser temporal y reversible. De todos modos, la GN crónica puede retrasarse con un tratamiento temprano. También, el daño renal grave, la insuficiencia renal y la enfermedad renal en etapa terminal pueden requerir diálisis y un trasplante de riñón.
Fuente: mejorconsalud.as.com
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