Con el respaldo del presidente Luis Abinader y el Banco de Reservas, la producción de Emporio Luis Medrano retó los pronósticos del tiempo que avisaban lluvia, y artilló su camión-transformer, que se convierte en moderno escenario equipado con alta tecnología, para entregar un montaje impecable, conducido de forma brillante por dos referentes de la comunicación como Jochy Santos y Michael Miguel Holguín, quienes aportaron dinamismo y complicidad con el público.
La celebración patriótica inició de manera espectacular a las 8:30 de la noche con una soberbia actuación de Miriam Cruz, quien desató la algarabía de la multitud desde los primeros acordes de su orquesta que no tiene nada que envidiarle a las demás.
Con su carisma y poder interpretativo, la ganadora de múltiples premios encendió de manera instantánea a la gente al ritmo de los merengues que la han consagrado como una de las voces femeninas más importantes del género declarado por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El llamado “Hombre Merengue”, Kinito Méndez, tomó luego el control con una selección de sus más populares temas, llevando a los asistentes a bailar sin descanso. “El baile del Sua Sua” fue apenas la chispa de un breve recorrido musical que recordó su lugar como pilar y embajador del buen merengue dominicano.
Más intenso fue el turno del “cantautor del pueblo”, como muchos le llaman a Wason Brazobán. Su participación marcó un contraste cargado de emociones que nunca perdió la conexión con el público que llegó a la plaza del malecón capitalino, especialmente con las féminas.
Con temas como “La mala”, “La mujer que a mí me gusta”, “Tú me cambiaste la vida” y “¡Qué vida!”, nadie mostró resistencia al encanto de las interpretaciones intimistas y honestas que mantienen posicionado a Wason como uno de los artistas más auténticos y queridos del país.
Luego de una tanda romántica, la energía urbana llegó con el reconocido exponente Chimbala, que desató la euforia en la Plaza Eugenio María de Hostos bien entrada la noche. Éxitos como “Se me nota”, “Palo ajeno”, “Esta sí” y “Loco” confirmaron el respaldo que mantiene la fanaticada al cancionero de Leury José Tejeda Brito, nombre de pila del productor y cantante, haciendo un recordatorio de que la música urbana también es orgullo dominicano, capaz de llevar la bandera desde las calles hasta los grandes escenarios.
El sabor de la Chiquito Team Band también se adueñó del escenario con su potente propuesta de salsa dura. Con un despliegue instrumental de piano, timbal, congas, trompetas y voces arrolladoras, la agrupación dejó bien claro por qué es reconocida como “la industria salsera”, orgullo nacional que trasciende fronteras y representa la fuerza renovada del género.
Otro de los momentos más destacados fue el de El Chaval de la Bachata, quien ofreció una presentación que combinó la nostalgia rural con la sensibilidad urbana. La bachata, otrora marginada, brilló como símbolo cultural con las impecables interpretaciones de este bachatero que mantiene su estatus como una de las figuras más respetadas en la industria discográfica gracias a una cantera de éxitos que incluye “Dónde están esos amigos”, “El último golpe”, “Carmencita”, “Canalla” y “Dile a él”.
Ya entrada la madrugada, un hermoso espectáculo de fuegos artificiales acompañó el primer tramo de la actuación de Bullin 47 que mantuvo encendida a la multitud.
Con su arsenal de temas, que incluye “Lo que te quilla”, “Y me quedé ají”, “El juidero”, “Me arreglé (El loco)” y “Cuánto te ‘tan dando”, entre otros, su desbordante energía selló la noche con uno de los momentos más vibrantes de la celebración que se extendió hasta las 12:30 de la madrugada del domingo.
Más que un concierto, la plataforma “¡Que viva la Patria!” fue un mosaico de ritmos que mostró la diversidad y la riqueza de la tierra del merengue, la bachata, la salsa, la balada y la música urbana que se unieron en una sola celebración de amor a la patria.
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