Entre los cambios planteados se incluyen mayores controles sobre los químicos utilizados para fabricar drogas, además de la incorporación de nuevas figuras legales que fortalezcan la persecución del crimen organizado. Cabrera Ulloa subrayó que la ley debe contemplar amenazas modernas, como el auge de las sustancias sintéticas, y garantizar una lucha más efectiva sin afectar el comercio legítimo.
El jefe de la DNCD sostuvo que los puertos y aeropuertos siguen siendo puntos estratégicos de la ofensiva antidrogas, donde la seguridad debe equilibrarse con la agilidad en las exportaciones e importaciones. Aseguró que la institución no será un obstáculo para el comercio, ya que se han reforzado el personal y la tecnología de detección en esas áreas.
Los resultados de la estrategia en los últimos años han sido contundentes. Entre 2020 y 2025 la DNCD decomisó más de 226 mil kilos de drogas, alcanzando cifras históricas que incluyen la incautación de 44 mil 348 kilos en 2024, la mayor cantidad registrada hasta ahora. El decomiso más grande en la historia del país se produjo en diciembre de ese año, cuando fueron ocupadas 9.8 toneladas de cocaína en el puerto de Caucedo.
Durante este período también se confiscaron 144 embarcaciones, más de 13 mil vehículos, casi 1,600 armas de fuego, siete aeronaves y activos financieros valorados en más de 13 millones de dólares y 188 millones de pesos. Los operativos han impactado tanto en las costas como en barrios y centros logísticos, donde se descubrieron cargamentos ocultos en mercancías como madera, bananos y hasta sets de dominó.
Paralelamente, la DNCD impulsa la Ruta de la Prevención, que ha alcanzado a más de 48 mil personas a través de charlas y talleres, incluyendo a estudiantes de comunidades vulnerables. No obstante, especialistas advierten que la batalla contra el narcotráfico solo será ganada con justicia eficiente, prevención social y cero tolerancia a la corrupción.
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