Para muchos usuarios, la disposición representa un obstáculo que podría empeorar el congestionamiento en una de las zonas más concurridas de la capital, por donde circulan a diario miles de vehículos, lo que ha desatado quejas y resistencia a los cambios.
La medida forma parte de la segunda fase del plan “RD se mueve”, impulsado por las autoridades con el propósito de reducir los taponamientos en el Gran Santo Domingo, aunque su aplicación ha sido recibida con opiniones divididas.
El cierre de los giros fue ejecutado con conos de señalización y presencia de agentes de la Digesett, eliminando los cruces en las direcciones este–sur y oeste–norte, lo que obliga a los conductores a buscar rutas alternas en un tramo clave para la movilidad urbana.
Mientras algunos critican la disposición por la falta de socialización previa, otros confían en que, con el tiempo, los cambios contribuyan a mejorar el tránsito en una de las intersecciones más transitadas de la ciudad.
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