El informe técnico divulgado señala que ya se ejecutan acciones correctivas, entre ellas la instalación de nuevas protecciones en subestaciones de doble barra, la revisión de los tiempos de actuación de los sistemas de protección y la actualización de los esquemas automáticos de desconexión de carga.
También se dispuso optimizar la interacción entre generación térmica y renovable, incorporar más sistemas de almacenamiento por baterías para fortalecer la estabilidad del sistema y verificar parámetros de alta frecuencia y servicios auxiliares en varias centrales generadoras.
“Siempre es importante ver el informe completo para entender en su totalidad lo que pasó y, sobre todo, asegurarnos de que se tomen las medidas de lugar”, afirmó el ministro de Energía y Minas, Joel Santos.
El origen del colapso
Según el documento, el evento inició en la subestación de San Pedro de Macorís, cuando un operador abrió un seccionador con carga durante trabajos de mantenimiento, lo que provocó un cortocircuito trifásico.
El fallo se agravó debido a que varias líneas de transmisión de 138 mil voltios actuaron indebidamente, disparándose sin que correspondiera. Aunque en un primer momento la frecuencia del sistema pareció estabilizarse, la salida de operación de la unidad Punta Catalina 2 provocó la pérdida total de tensión.
Un evento atribuido a fallas combinadas
El informe concluye que el apagón fue producto de una combinación de error humano, fallas en los sistemas de protección y reservas de generación insuficientes para amortiguar la perturbación.
A pesar de la magnitud del evento y del impacto nacional, el documento no indica si se aplicarán sanciones ni precisa quiénes serían los responsables de la maniobra incorrecta que desencadenó la cadena de fallas. Esta ausencia de información ha generado inquietud entre sectores que demandan mayor claridad y consecuencias para evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir.

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