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La sexualidad está rodeada de tabúes 7 mitos de la sexualidad masculina



La sexualidad está rodeada de tabúes que se reafirman en el imaginario social, generando inhibiciones en el acto sexual. El tamaño del pene, los tiempos de eyaculación y la disfunción eréctil son algunos temas centrales.

Durante el aprendizaje sobre temas sexuales, es muy probable que tanto hombres como mujeres hayan escuchado diversas especulaciones sin sustento. En el caso de los varones, la exigencia de estar siempre dispuestos al sexo y las causas de la disfunción eréctil son algunos de los mitos más frecuentes sobre la sexualidad masculina.

7 mitos de la sexualidad masculina que no debes creer

¿Qué son los mitos sobre la sexualidad?

El sexo biológico, el género y la sexualidad son temas rodeados de tabúes. Es común que la información y los mitos se confundan. Se trata de una cuestión central en el crecimiento y la formación identitaria de las personas, por lo que la influencia de estas falsas creencias puede resultar muy dañina.

Es necesario aclarar, en términos generales, que el sexo biológico está asociado al cuerpo, a los órganos reproductivos y los cromosomas asignados al nacer. Por su parte, el género binario, es decir, masculino y femenino, es una construcción social que carga de expectativas a las personas sobre cómo deben comportarse.

Es allí donde intervienen los mitos sobre la sexualidad, formando estereotipos que, en el caso de los hombres, se vinculan con la fortaleza y la valentía. Un varón que no está siempre dispuesto al sexo es un «mal hombre», mientras que un pene apenas debajo del promedio es insuficiente.

No deberías creer estos 7 mitos sobre la sexualidad masculina

Si bien existen cuestiones psicológicas o físicas que un sexólogo debe abordar e intentar resolver, otras forman parte de construcciones culturales. Tales mitos pueden ejercer presión e inhibición sobre un acto, a priori, placentero. Por lo tanto, es conveniente conocerlos y tomar consciencia.

1. La disfunción eréctil ocurre solo en personas mayores

Esta cuestión, vinculada a los mayores de 50 años, también puede responder a factores psicológicos. De hecho, son la principal razón por la que los varones jóvenes sufren disfunción eréctil.

La ansiedad y la presión al momento de tener relaciones, la falta conexión emocional o el consumo de alcohol son motivos comunes de disfunción eréctil en menores de 30.

2. La erección siempre responde a la excitación

Una falsa creencia muy arraigada es que las erecciones se encuentran únicamente vinculadas a la excitación sexual. No obstante, existen procesos neurovasculares que generan estímulos y reflejos causantes de erecciones. Uno de los más comunes ocurre al despertarse.

3. El tamaño importa

Tal vez el mito de la sexualidad masculina más divulgado corresponda al tamaño del pene. La exigencia de una cierta medida produce complejos que tienen efectos negativos sobre la autoestima y el desempeño sexual. Sin embargo, tanto a nivel biológico como psicológico, el placer sexual no depende del tamaño.

Los puntos más sensibles de la vagina se ubican en el tercio exterior, es decir, no requieren una gran profundidad para ser alcanzados. Además, generar una conexión y un entendimiento con la otra persona durante el acto sexual también interviene en la sensación de placer.

Los profesionales afirman que el tamaño promedio del pene oscila entre los 14 y 16 centímetros en erección. Una medida superior a 20 cm es probable que cause molestias en lugar de mayor placer.

4. Los hombres deben estar siempre dispuestos

Si una mujer tiene deseo sexual y un hombre no, el mito sugiere que es un problema. La disposición absoluta forma parte de la identidad masculina, se vincula con la virilidad y la fortaleza. 

Algunas son simplemente la falta de interés, mientras que otras responden a factores psicológicos. Incluso, ciertos medicamentos pueden influir en la libido. Lo cierto es que no hay razones biológicas que determinen un mayor deseo en los hombres con respecto a las mujeres.

5. Masturbarse causa infertilidad

La evidencia científica demuestra que la masturbación no tiene efectos negativos físicos ni psicológicos. Por el contrario, es una práctica de autoconocimiento y satisfacción.

Sí es posible que masturbarse previo a tener relaciones sexuales pueda afectar el rendimiento. Esto tiene que ver con el periodo refractario, un tiempo de espera que el hombre tiene entre eyaculaciones. No obstante, en personas jóvenes es un lapso corto, que varía según el estado físico y de salud general.

6. La eyaculación como única instancia de placer

Está claro que la eyaculación es una de las instancias más placenteras del sexo. Sin embargo, no determina el acto total de la relación.

Es posible tener una relación sexual placentera sin llegar al orgasmo o a la eyaculación. Por otro lado, se suele vincular la virilidad con la cantidad de semen, cuando no existe relación entre la potencia sexual y dicha cantidad. Se trata de un mito muy divulgado por la pornografía.

7. Los hombres no tienen punto G

El punto G suele asociarse a la vagina. No hay datos rotundos que certifiquen su existencia como tal, sin embargo, en los hombres también habría una zona similar de hiperestimulación y se encontraría cerca de la glándula prostática

Es accesible solo a través del ano, lo que implica para muchos hombres despegarse del mito que vincula al sexo anal solo con la homosexualidad.

Derribar los mitos de la sexualidad masculina

Las falsas creencias descritas, junto a otras tantas que circulan en el imaginario social, no poseen ningún sustento científico. Por lo tanto, es importante derribarlas y evitar que continúen trasladándose a futuras generaciones. La información permite conocerse mejor, disfrutar de una relación con plenitud y conformar la identidad sin la influencia de los estereotipos.


Fuente:https://mejorconsalud.as.com

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