El órgano acusador asegura que las empresas del conglomerado recibieron más de RD$7,110 millones en contratos y pagos desde 2020 hasta 2025, y que de ese monto se habrían entregado sobornos por RD$1,621 millones al exdirector Santiago Hazim.
De acuerdo con la investigación, Read habría iniciado pagos mensuales equivalentes al 30 % de lo recibido por Senasa, luego de que José Pablo Ortiz Giráldez —señalado como operador de Hazim— le exigiera una “contribución” para mantener la continuidad de los contratos.
El Ministerio Público sostiene que, entre transferencias bancarias y entregas en efectivo, el empresario pagó sobornos durante cinco años, incluso después de que el caso “Calamar” destapara las primeras alertas sobre Ortiz Giráldez.
El expediente detalla que la empresa Khersum, propiedad de Read, recibió pagos que superan los RD$3,882 millones, pese a auditorías que identificaron irregularidades en modelos de pago, criterios técnicos y controles operativos.
Según el MP, Senasa asignó a Khersum una población de dos millones de afiliados para servicios de telemedicina, aunque solo el 4.2 % utilizaba realmente la plataforma, lo que habría generado desvíos superiores a RD$62 millones mensuales.
Además de Khersum, las empresas Deleste y Farmacard, también vinculadas a Read, recibieron contratos millonarios que, según el órgano acusador, fueron modificados irregularmente por Hazim, quien habría creado condiciones para favorecer al conglomerado mediante aumentos de afiliados, cambios en la modalidad de pago y nuevas adendas sin justificación técnica.
Pese a las imputaciones, la defensa del empresario afirma que ha colaborado desde el primer momento con las autoridades y que ha entregado más de 1,250 documentos para demostrar el cumplimiento contractual y la prestación correcta de los servicios auditados por Senasa y la Sisalril. El equipo legal sostiene que Read está comprometido con esclarecer los hechos y continuará aportando la información requerida.
El Ministerio Público indica que el caso evidencia un esquema donde las empresas del Grupo Read, favorecidas por decisiones administrativas de Hazim, monopolizaron servicios esenciales con alto impacto financiero para la ARS estatal.
A medida que avanzan los interrogatorios y las medidas de coerción, el expediente coloca a Read en el centro de una estructura que, según las autoridades, operó entre influencias, pagos irregulares y una privatización encubierta de servicios de salud pública.
La magnitud del expediente también obliga a mirar hacia la estructura corporativa detrás del empresario, cuya influencia se extiende por gran parte del sector salud privado.
Sobre el Grupo Read
El Grupo Read es un conglomerado con más de cinco décadas en el mercado dominicano, asentado con fuerza en el sector salud. Entre las compañías asociadas figuran:
• Clínica Bucal
• Clínica Dental
• Clínica Oftalmológica
• Descuento Médicos
• Farmacard (medicamentos)
• Funeraria Blandino
• Laboratorio Clínico Read Estrella
• Promed Dominicana
• Read Marine Group (yates)
• Red Médica Dominicana
• Sistemas de Gestión Dental Pro y Medi-Pro
• Súper Salud
• Visual Card – Punto Visual
Su huella es tan amplia que cubre casi todo el ciclo sanitario: diagnóstico, tratamiento, provisión de medicamentos y servicios finales, lo que le ha otorgado un peso considerable dentro del sistema privado de salud en el país.
Este crecimiento familiar y empresarial lo ha convertido en una estructura influyente, con ramificaciones que se conectan con diversos grupos del sector y que han generado debates sobre conflictos de interés, especialmente cuando interactúan con instituciones públicas.
Dentro de ese entramado se encuentra Eduardo Read Estrella, figura clave del conglomerado y presidente de una de las empresas vinculadas contractualmente a SeNaSa. Está casado con Sarah Elisa Villanueva, ejecutiva de alto nivel en varias firmas del grupo, lo que refuerza la presencia familiar en la dirección corporativa. La familia Read Estrella proviene de un linaje tradicionalmente ligado a la odontología, pero que con los años expandió su influencia hacia múltiples áreas del negocio sanitario.
Con las autoridades rastreando movimientos financieros, modificaciones contractuales y nuevas conexiones empresariales, el caso apunta a convertirse en un examen profundo del rol de los conglomerados privados dentro del sistema de salud. La figura de Read queda ahora sujeta a un proceso judicial que, según el MP, expone fallas estructurales en la supervisión estatal.

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