El tema, que significa “mi sol” o “mi solcito”, celebra la belleza de un día soleado en Nápoles, comparando la calidez del sol con la persona amada.
La canción fue subida hace seis días al canal de YouTube oficial de Pérez, alcanzando más de cinco mil visualizaciones, y representa uno de los últimos trabajos musicales del artista antes de su trágica muerte en el derrumbe del techo de la discoteca Jet Set.
Interpretada históricamente por leyendas como Enrico Caruso, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras, “O Sole Mio” se consolida como una de las piezas más icónicas de la tradición lírica.
Ahora, la grabación del fenecido merenguero dominicano Rubby Pérez suma un nuevo capítulo a su historia.
Bajo la distribución de La Oreja Media Group, “O Sole Mio (Todos los tiempos)” reúne a Rodhen Santos con la inconfundible voz de Rubby Pérez.
Esta versión fusiona la célebre melodía italiana con una perspectiva dominicana a través del merengue, como parte de una ambiciosa producción dirigida por Santos, que busca rendir homenaje a grandes obras universales.
La producción se grabó entre República Dominicana, Nueva York y Nueva Jersey, con los arreglos del maestro Winston De Jesús, hijo del fundador de la Orquesta Liberación, y reunió a músicos dominicanos de primer nivel como Sandy Gabriel, Ramón Orlando, José Flete, Crispín Fernández y Juan de la Cruz “Chocolate”.
El proyecto incluye colaboraciones con destacados músicos como Luis Mojica, Nige Katarey, Isaías Leclerc, Pío Rojas y el recientemente fallecido Rubén Toribio. Los arreglos contaron con la participación de reconocidos maestros dominicanos como Manuel Tejada y Wilber Taveras.
Ruby Pérez, una vida marcada por la resiliencia y la música
Nacido el 8 de marzo de 1956 en Bajos de Haina, Rubby Pérez cuyo nombre de pila era Roberto Antonio Pérez Herrera soñaba en su adolescencia con convertirse en pelotero profesional. Pero a los 15 años, un accidente de tránsito truncó ese sueño: un vehículo lo atropelló y le fracturó la pierna derecha, dejándole una discapacidad permanente.
Aquel giro del destino lo llevó a encontrar refugio en la música, y desde entonces no se detuvo. Formado en el Conservatorio Nacional de Música, Rubby dominaba instrumentos como el piano y la guitarra.
Su poderosa voz lo hizo merecedor del apodo “la voz más alta del merengue”, un talento que comenzó a pulir en agrupaciones como el Coro de la Sociedad de Orientación Juvenil, Los Juveniles de Baní y Los Hijos del Rey.
Con Wilfrido Vargas
Su carrera dio un giro definitivo en 1982 cuando se unió a la orquesta de Wilfrido Vargas. Durante cinco años, su voz lideró éxitos inolvidables como El africano, Volveré, Las avispas y Cobarde, cobarde, himnos del merengue de los años 80 que aún suenan con fuerza.
Un solista con alma de pueblo
En 1987, Rubby decidió volar solo y lo hizo con fuerza.
Temas como Buscando tus besos, «Dame veneno», «Hazme olvidarla», «Sobreviviré» y ‘Así no te amarán jamás» lo consolidaron como una de las voces más queridas del género. Su capacidad para conectar con el público y su carisma sobre el escenario lo mantuvieron vigente por décadas.
Reconocimientos que cruzaron fronteras
Rubby Pérez no solo conquistó corazones, sino también premios. Fue galardonado en los Premios Casandra y recibió discos de oro y platino en Venezuela.
Alcanzó también las listas de Billboard con su álbum Rubby Pérez y el sencillo «Enamorado de ella«, junto al cantante zuliano Omar Enrique.
Un legado imborrable
Rubby Pérez no solo deja un repertorio memorable, sino también una historia de superación, disciplina y amor por la música. Su nombre ya forma parte del legado cultural dominicano, y su voz seguirá sonando dondequiera que se celebre el merengue.
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