El evento dio inicio a las 8:49 p.m. bajo una atmósfera solemne y elegante, con el reconocido artista Carlos Alfredo Fatule asumiendo el rol de maestro de ceremonias.
Fatule, recordó con palabras sentidas la vida y trayectoria de Roberto Antonio Pérez, bautizado en el ambito artistico por Fernando Villalona como Rubby Pérez, cuya potente voz y carisma dejaron una huella imborrable en la música dominicana antes de su trágico fallecimiento en la madrugada del 8 de abril, en la tragedia del Jet Set.
En una combinación de talento y tecnología, el propio Rubby apareció en pantalla, prestando su voz inmortal a la pieza "O Sole Mío", provocando aplausos por los asistentes.
La apertura musical fue tan majestuosa como emotiva, los violines marcaron el tono solemne del tributo, que dieron paso a Milly Quezada y Frank Ceara, quienes interpretaron el clásico "No voy a llorar", marcando el inicio de una velada en la que el arte fue el lenguaje de la despedida y la celebración.
El repertorio de la noche fue un recorrido por los éxitos más entrañables de Rubby, interpretados por colegas y amigos que lo honraran en la eternidad.
Milly Quezada continuó con los temas "Buscando tus besos, "Cobarde" y "Contigo". Joselito Trinidad se unio a la Reina del Merengue para interpretar "Ave de paso". Luego, Alex Bueno revivió la alegría con "Pato robao".
Bailando como solo lo saben hacer ellos, llegaron Los Rosario y la diva, Miriam Cruz, quienes unieron fuerza y ritmo en "El Africano" y "Para que no me olvides".
Los talentosos Martha Heredia y Pavel Núñez cantaron con profunda emotividad "Dame Veneno" y "Cuando estés con él". Eddy Herrera trajo a la vida "Enamorado de ella" y "Amor de hembra", dos joyas románticas del repertorio de Rubby.
Frank Ceara, acompañado por bailarines clásicos, entonó el bolero "Ahora", y luego volvió junto a Amaury Gutiérrez y Pavel Núñez para "Yo sé que es mentira" y "Una fiesta para dos", en versiones cargadas de sentimiento.
Uno de los momentos más conmovedores fue el de Peña Suazo, quien interpretó "Valió la pena" y se dirigió al público con la frase: “Mi compadre era un hombre alegre y así quiero que lo recuerden siempre. Que Dios me lo tenga en la gloria. Hombre grande e increíble”.
La noche continuó con la voz profunda de Michel “El Buenón” y su interpretación de "Extrañándote".
El momento más emotivo y esperado de la noche estuvo a cargo de Ana Beatriz, la hija menor de Rubby Pérez, quién junto a Jandy Ventura ofrecieron una sentida versión de "Sangre en mi cuerpo". Continuaron con "Préstame a mi padre", una canción que trajo a la memoria a los grandes Johnny Ventura y Rubby Pérez, ambos fallecidos y padres de los jóvenes interpretes.
La emoción se desbordó cuando Laura Taveras, sobrina de Rubby, interpretó "No me olvides".
Desde Puerto Rico, abriendo la cartelera de artistas internacionales, Joseph Fonseca rindió tributo con el éxito "Hipocresía". Luego, la siempre energética "Mujer de Fuego", Olga Tañón hizo vibrar la sala con "Tonto Corazón", "Tu vas a volar" y "Volveré", esta última junto al polifacetico Carlos Alfredo Fatule.
Pavel Núñez regresó para cantar "Hazme olvidarla", acompañado nuevamente por bailarines de ballet clásico. Ramón Orlando, autor del emblemático tema "Perro ajeno", lo interpretó en honor a su amigo de mil batallas.
El clímax llegó con la poderosa unión de Alex Bueno, Toño Rosario y Joselito Trinidad en "15 500 noches", una celebración musical de la vida de Rubby y una de sus últimas canciones grabadas. Finalmente, a las 10:30 p.m., Zulinka Pérez, hija de Rubby, subió al escenario con Miguel, para cantar "De color de rosa".
Martha Heredia volvió al escenario para cantar con su potente voz, el éxito "Sobreviviré", mereciendo aplausos y la euforia del público.
Marcando las 10:45 p.m.Jorge Gómez dio pie con el tema "Soy un hombre divertido", acompañado de todos los artistas al final del evento.
“Rubby Pérez Infinito” no fue solo un concierto, sino un acto de amor colectivo, una reverencia artística a un hombre que puso su alma en cada nota. Entre aplausos, lágrimas y recuerdos, el público salió del Teatro Nacional con el corazón lleno y una certeza:
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