Con determinación y amor, sostiene en brazos a su bebé de tres meses, quien llora cada dos horas pidiendo pecho; aun así, ella sabe que elegir ese camino es lo mejor para su salud y la de su retoño.
Pérez, sentada en la oscuridad de su sala, donde la soledad a veces pesa más que el cansancio, tiene fuerza y valentía, motores que le permiten persistir.
“No sabía que amamantar sería tan duro”, confiesa con la voz quebrada.
Su pareja trabaja todo el día, su madre vive lejos de su hogar y en su trabajo nadie le habló de la importancia de un permiso de lactancia o de un espacio digno para extraer su leche. Sin embargo, ella sigue adelante, como miles de madres en República Dominicana que, con empeño, enfrentan la lactancia materna como un desafío individual, cuando debería ser un compromiso colectivo.
En este 2025, bajo el lema: “Priorizar la Lactancia Materna: Crear Sistemas de Apoyo Sostenibles”, UNICEF hace un llamado urgente a rodear a madres como Ana de redes de apoyo reales que les permitan sostener la lactancia sin culpa, miedo ni agotamiento extremo.
Madres que, como ella, demuestran cada día una fortaleza inquebrantable, merecen ser acompañadas, no abandonadas.
Del 1 al 7 de agosto se lleva a cabo esta simbólica Semana, como una plataforma clave para recordar que la lactancia materna es vital para la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo saludable de niñas y niños, exhortando a gobiernos, donantes y empresas a garantizar que ninguna madre amamante sola.
En la nación dominicana, los desafíos son evidentes: según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR-MICS 2019), solo 16% de los bebés menores de seis meses reciben lactancia materna exclusiva; y de acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA 2019), esta cifra desciende aún más a 8%, una de las más bajas de América Latina.
En el ámbito mundial, el 48% de los bebés menores de seis meses reciben lactancia exclusiva, aún por debajo de la meta del 60% para 2030.
“La lactancia materna salva vidas: Si todos los niños y niñas de 0 a 24 meses fueran amamantados de forma óptima, se podrían salvar casi 600,000 vidas infantiles cada año.
La leche materna contiene anticuerpos esenciales que protegen contra enfermedades, reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil en un 26%, y ofrece protección de por vida contra enfermedades no transmisibles”, dijo Anyoli Sanabria, representante interina de UNICEF en el país.
“Cada madre necesita apoyo, no juicios”
«La lactancia materna no depende solo de la voluntad de una madre, sino de que la rodeemos de sistemas y políticas que la protejan y la acompañen. Necesitamos familias, comunidades, lugares de trabajo y servicios de salud comprometidos. Cada madre necesita apoyo, no juicios ni barreras”, afirmó Sanabria, como vocera del organismo internacional.
Escasez de políticas públicas
A pesar de los avances globales, la financiación para programas de lactancia materna sigue siendo insuficiente: solo el 4% de los países recibe el mínimo de 5 dólares por nacimiento recomendado para alcanzar los objetivos. Por cada dólar invertido, se generan 35 dólares en beneficios económicos.
UNICEF insta a los gobiernos y a la sociedad en general a:
• Aumentar la financiación nacional y la cooperación internacional para programas de lactancia materna.
• Proteger la lactancia de la influencia comercial, aplicando el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.
• Fortalecer la atención sanitaria, capacitando al personal de salud en asesoría de lactancia.
• Ampliar el apoyo comunitario, garantizando que cada madre tenga consejería y redes de apoyo cerca de casa.
“Sin apoyo sostenible, millones de bebés seguirán perdiendo la oportunidad de un comienzo de vida más sano”, enfatizó Sanabria.
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