La H3N2 es una variante de la influenza A que afecta principalmente la nariz, la garganta y los pulmones, y que se caracteriza por provocar cuadros más severos que un resfriado común. Entre los síntomas más frecuentes se incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, tos persistente, congestión nasal, fatiga extrema, dolores musculares y malestar general.
Ante el aumento de hospitalizaciones, algunas zonas del Reino Unido y regiones de Estados Unidos han implementado medidas preventivas extraordinarias, entre ellas restricciones temporales de movilidad y protocolos de aislamiento, con el objetivo de frenar la propagación del virus y evitar la saturación de los sistemas de salud.
En este contexto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) exhortó a los países de las Américas a reforzar sus planes de preparación frente al incremento estacional de influenza y otros virus respiratorios en el hemisferio norte. El organismo recomendó fortalecer la vigilancia epidemiológica de influenza, virus sincitial respiratorio (VSR) y SARS-CoV-2, actualizar las guías clínicas, garantizar el diagnóstico oportuno y asegurar la disponibilidad de antivirales.
Asimismo, la OPS reiteró que la vacunación continúa siendo la principal herramienta de prevención, especialmente en poblaciones vulnerables como adultos mayores, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas.
Aunque la circulación de la influenza H3N2 se mantiene en niveles bajos en Centroamérica y América del Sur, las autoridades sanitarias mantienen una vigilancia constante. Hasta el momento, no se ha emitido una alerta por posible pandemia, sino un llamado preventivo a la vacunación y al seguimiento de las recomendaciones de salud pública.

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