El 8 de abril de 2025 no fue una fecha común ni para República Dominicana ni para el resto del mundo. Ese día el corazón del país se estremeció con un despertar aterrador, provocado por la peor pesadilla registrada durante este año: el derrumbe del Jet Set Club
Lo que prometía ser una noche de euforia se convirtió en horror. El techo de la icónica discoteca de Santo Domingo se desplomósobre una multitud que disfrutaba de una fiesta, con el merenguero Rubby Pérez. Sin imaginar que esta sería la última velada de sus vidas.
Al día de hoy, en los barrios aún resuenan sus épicos éxitos: “Volveré”, “Buscando tus besos”, “No voy a llorar”, “Tú vas a volar”, “Enamorado deella”, “De color de rosa” y “Sobreviviré”.
Un hecho inolvidable que dejó secuelas físicas y psicológicas. 236 sueños sepultados. Vidas que en su mayoría quedaron aplastadas por los escombros del centro nocturno.
Ocho meses después, los dolientes aún intentan asimilar la pérdida de sus seres queridos. La tragedia dejó hogares incompletos: sin madres, padres, hermanos, abuelos y tíos. Esposas sin sus cónyuges, padres sin hijos y otros sin amigos.
Al cierre de este 2025, los parientes de las víctimas atraviesan por primera vez las festividades navideñas y fechas especiales sin la presencia de quienes ya sin la presencia de quienes ya no están.
minutos cruciales
Aquella madrugada, el ambiente se cargó de tensión, tristeza y preocupación. Las calles aglomeradas de familiares y allegados que lloraban desconsolados la dura realidad.
En un instante, el eco de risas se silenció, dejando un vacío palpable en cada rincón del país. Allí, el pueblo dominicano sintió haber conocido y perdido a un ser querido.
Mientras esto sucedía, las autoridades y brigadas de búsqueda sacaban cadáveres, personas con vidas y escombros.
Los lesionados eran trasladados en ambulancias a los centros de salud, mientras aquellos que eran sacados cubiertos en sábanas blancas, ya su significado era evidente.
un grito de justicia
Con el luto irremediable de la nación, en pocos días los velatorios no se hicieron esperar.
Según la lista oficial de defunciones, once eran venezolanos, cuatro norteamericanos y dos francesas.
De Colombia, Haití, Italia y Costa Rica, se registró una persona por país. Mientras que el resto de los fallecidos eran oriundos de República Dominicana. Para sumar un total de 236 cuerpos sin vida.
un tema sobre la mesa
En pocos días se publicaron informaciones donde se aseguraba que los principales culpables de la tragedia eran los propietarios del Jet Set, los hermanos Antonio y Maribel Espaillat. Ante esto, la réplica de la información no se hizo esperar.
En menos de dos meses del evento, las denuncias estallaron en la fiscalía del Distrito Nacional contra los Espaillat.
Los días posteriores al siniestro estuvieron centrados en las acciones penales contra los dueños del centro nocturno. Un caso que desde su génesis fue declarado “complejo” y de “homicidio involuntario”.
El 19 de junio, el Tribunal de Atención Permanente del Distrito Nacional realizó el juicio sobre el caso Jet Set. Se puso en libertad a los hermanos Espaillat, bajo la condición del pago de RD$50 millones, incluyendo impedimento de salida y presentación periódica; pero sin prisión preventiva. Un veredicto dado por la jueza Fátima Veloz.
Pese a la magnitud de la tragedia y la cantidad de fallecidos, el pueblo dominicano continúa exigiendo justicia. Revelando la inconforme con la decisión de la magistrado. Dictamen que ha sido criticado por abogados y fiscales.
Por eso, entre testimonios de familiares, querellas, apelaciones y peritajes que avalan fallas estructurales y la negligencia de los propietarios, el caso Jet Set continúa en los tribunales, aunque enfrentando constantes aplazamientos.
A la espera de una nación que clama “justicia”, los implicados se preparan para ir a juicio preliminar el 12 de enero de 2026.
parte legal
Luego de la libertad de los propietarios del Jet Set, el Ministerio Público (MP) ha permanecido presentado recursos de apelación para esclarecer las causas del colapso y probar la responsabilidad de los hermanos Espaillat.
La pesquisa reveló que, durante 14 años, el techo del Jet Set duplicó capacidad de peso sin evaluación especializada.
Por lo que la sobrecarga excesiva fue la causa principal del desplome.
En adición, desde 2024 el techo presentaba problemas de filtraciones y caída de escombros bajo el conocimiento de los dueños de la discoteca.
Se recuerda que la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie) también presentó un informe sobre la situación. Incluso, peritos extranjeros participaron en la evaluación de los escombros.
El 8 de agosto, con 26 denuncias, no se logró cambiar la medida de coerción contra los Espaillat, ratificando el veredicto del pasado 19 de junio.
Para el 29 de septiembre, los hermanos Espaillat solicitaron al Tercer Juzgado de Instrucción un nuevo peritaje técnico para determinar las causas del colapso del Jet Set, pero la petición fue declinada.
En octubre el caso reflejó una pausa. Sin embargo, en noviembre los recursos penales presentados por el Ministerio Público recalcaban la acusación.
Para el 14 de noviembre, el juez del Tercer Juzgado de la Instrucción, Amauris Martínez, declinó la petición de la defensa, remitiéndola al juez del Primer Juzgado de la Instrucción, Raymundo Mejía.
Al día siguiente, el Mejía fijó para el 12 de enero de 2026 la audiencia preliminar contra los hermanos Espaillat.
Mientras que, el 30 de noviembre, víctimas de la tragedia emitieron una nueva acusación en el caso Jet Set, incluyendo a Ana Grecia López, madre de Maribel y Antonio Espaillat.
Pese a que López figura en el Registro Mercantil como representante de Inversiones E y L, S.R.L., empresa propietaria de la famosa discoteca.
Asimismo, se notificó que la audiencia de esta querella comenzará a ventilarse a principios del año próximo.

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